Una comedia emocional.
Smoke, o un cuento de navidad. Wayne Wang bebe de otros dos genios de New York como Scorsese y Spike Lee, tomando prestado las esquinas de Broklin pero sin los gansters del primero, ni el barrio visto desde dentro con sus conflictos raciales habituales del segundo .
Paul Auster escribe su primer guión para una película y lo borda, tan sencillo como efectivo, lo que parece ser el típico film violento de sucesos policiales y xenofobia se convierte en un cuento de navidad interpretado por un Harvey Keitel en estado de gracia, un hombre fuerte y rudo como en casi todos sus papeles (muestra: actor fetiche de Scorsese y Tarantino). que de buenas a primeras se transforma en un contador de cuentos, un amigo y un hombre sin resentimientos secundado por William Hurt que nos ofrece un recital de maneras y sensibilidades.
La película está rodada con planos fijos y alejados, pero de alguna manera nos atrapa y nos inserta en ella con unos diálogos certeros y mordazes que nos deja atónitos y deseosos de ver y escuchar la siguientes frases.
Mención especial para Ashly Judd, que hace de joven drogadicta. (no les recuerda a un personaje parecido interpretado por Halle Berry en Fiebre Salvaje de Spike Lee, ami si).
Smoke, o un cuento de navidad. Wayne Wang bebe de otros dos genios de New York como Scorsese y Spike Lee, tomando prestado las esquinas de Broklin pero sin los gansters del primero, ni el barrio visto desde dentro con sus conflictos raciales habituales del segundo .
Paul Auster escribe su primer guión para una película y lo borda, tan sencillo como efectivo, lo que parece ser el típico film violento de sucesos policiales y xenofobia se convierte en un cuento de navidad interpretado por un Harvey Keitel en estado de gracia, un hombre fuerte y rudo como en casi todos sus papeles (muestra: actor fetiche de Scorsese y Tarantino). que de buenas a primeras se transforma en un contador de cuentos, un amigo y un hombre sin resentimientos secundado por William Hurt que nos ofrece un recital de maneras y sensibilidades.
La película está rodada con planos fijos y alejados, pero de alguna manera nos atrapa y nos inserta en ella con unos diálogos certeros y mordazes que nos deja atónitos y deseosos de ver y escuchar la siguientes frases.
Mención especial para Ashly Judd, que hace de joven drogadicta. (no les recuerda a un personaje parecido interpretado por Halle Berry en Fiebre Salvaje de Spike Lee, ami si).
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