Pero lo realmente atractivo de la historia es su encuadre en la ciudad y los rincones de Barcelona. El director no se encarga de rodar y de enseñarnos los lugares más atractivos de la cuidad, sino que pasea la cámara mostrando los rincones reales, los espacios cotidianos y las imágenes mas corrientes de una ciudad atrapante.
He tenido la suerte de, como el protagonista, pasar una temporada larga viviendo en Barcelona y al ver la película, he regresado de una manera confortable y sorprendida a los años allí vividos, sorprendida porque las anécdotas, las situaciones cotidianas, los rincones donde ocurren las cosas, las casas, los pisos, los personajes, los diálogos, y los acontecimientos imprevisibles que te puede regalar la cuidad, son absolutamente verosímiles ...es casi como si el guión hubiera sido sacado de mi propia vida (con distancias desde luego).....lo que me hace pensar, una vez más que no somos nosotros los que vivimos, es Barcelona la que vive en nosotros.
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